fbpx

¿Estás haciendo lo suficiente como mamá?

Escrito por Sandra Rojas Aguinaga. Coach Ontológico Integral. Perfil en Instagram

Muchas veces, como madres nos hacemos esta pregunta ¿Estoy haciendo un buen trabajo como mamá?

Consultamos con especialistas, escuchamos a otros padres, nos comparamos, a veces, nos sentimos felices por lo que logramos, otras, abrumadas por lo que no logramos, luego nos sentimos angustiadas por las decisiones de nuestros hijos…en fin. Parece que nos subimos en una montaña rusa sin fin, ¿cierto?

Detrás de estas preguntas -muchas veces sin respuestas-, existe algo que necesitamos diferenciar. Desde el ser madre que habitamos cuando llega la maternidad, hacemos muchas cosas por nuestros hijos, en nuestro rol (desempeño) de ser mamá:  los llevamos al nido, escogemos los alimentos que van a comer, el tipo de educación, vivienda para ellos, etc. 

A veces en la rutina diaria, cuando nos relacionamos con nuestros hijos, aparecen nuestras actitudes; podemos ser madres amorosas, cariñosas, atentas, que escuchan, de vez en cuando sale nuestra maestría para dar respuestas y en otros momentos nos sale un grito queriendo poner orden

Y existe un espacio más profundo, es un espacio de conexión con cada uno de nuestros hijos. Te invito a parar un momento en el lugar donde te encuentres. Recuerda el momento en que tú y tu bebé se conocieron por primera vez. Recuerda el aroma, la sensación al conocerlo o conocerla, siente ese momento. 

¿Le dijiste algo? ¿Qué le dijiste? ¿Le prometiste algo?, ¿Recuerdas cómo te sentías? Ese momento, cuando te conviertes en madre del bebé a quien tienes en brazos, es cuando se forma la promesa “yo soy tu mamá” desde el voto (compromiso). 

No existen los errores

Desde este espacio no existen los errores porque todo lo que hacemos por ellos está sostenido desde el amor que les tenemos. Recuerda siempre, mamá, tu promesa desde tu voto. Desde ese lugar no existen los errores.

En esta celebración del Día de la Madre, quiero reconocer a todas las mamás y especialmente a la mía, diciendo: gracias mamá, gracias por tu paciencia y por tu impaciencia, gracias por tu amor, gracias por las veces que me desafiaste a ser una mejor persona, gracias por tus gritos a veces desesperados, gracias por no soltar mi mano nunca aún cuando no estabas de acuerdo conmigo. Gracias mamá.



Si te gustó este artículo compártelo en tus redes sociales

Lecturas recomendada