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Trekking y coaching ontológico: Cómo descubrí mi verdadera pasión.

Hace exactamente un año, en una mañana de marzo, mientras salí a caminar sin rumbo me topé con un cerro. Se veía imponente, majestuoso. Entonces, miré hacia arriba y me quedé contemplando.

Soy una argentina viviendo en Santiago de Chile hace 7 años y desde que llegué fue amor a primera vista con la cordillera de Los Andes. 

En Buenos Aires, mi ciudad natal, no hay cerros, así que ese día, frente a ese cerro me propuse subir los cerros de esa cordillera que me enamoró desde el primer día. Me prometí un desafío importante ya que era algo nuevo para mí a mis 40 años.

A pesar de ello, me motivó la idea de tener un espacio de nutrición y qué mejor que acompañada. Llegué a casa y lo primero que hice fue buscar en Instagram y encontré a Mujeres al Cerro, una iniciativa fundada por Fran Gibar que impulsa a mujeres como yo a subir en tribu, guiadas y cuidadas.

Encontré mi pasión entre cerros

Doce meses después, subir cerros se transformó en una pasión y un espacio sagrado. Me di cuenta
de que tenía añoranza. Experimenté una pérdida y mi alma recordó quién realmente era al
conectar con la naturaleza.

El universo me cruzó con un grupo de mujeres poderosas que me motivaban a superarme cada vez
más y encontré que hacerlo con mi tribu me resultaba más enriquecedor aún. En las alturas me
conecto con mi poder creador y con mi confianza en todo terreno.

Muchas veces me encontré con rutas complejas, queriendo abandonar, teniendo conversaciones
de juicios personales con varios: “no puedo, no doy más”. Yo era mi principal auto saboteadora.
Ser coach ontológica me aportó varias herramientas para salir de ese lugar.

Me enseñó a conectar con mi cuerpo, cuya sabiduría es fidedigna y tiene todos mis registros,
conectar con mis emociones, saber cómo reconocer mi frustración y abrazar la aceptación; con mi
lenguaje, las creencias a las que me desafié y otra vez encontrándome con los enemigos del
aprendizaje y entendiendo que el único límite lo tenía en mi mente.

Un camino como la vida misma

El trekking me regaló volver a conectar con nuestra Pachamama – la que nos sostiene-, también
me permitió respirar aire puro y sentir que tengo un mundo de infinitas posibilidades. Es tan
importante sentir la coherencia entre mi cuerpo, mis emociones, mi lenguaje y mi alma, es mi
termómetro diario.

De hecho, varias acciones mínimas concretas que me llevaba de sesiones con mis mentores eran
ejecutadas en el cerro para seguir anclando un aprendizaje nuevo.

Para mí el trekking es un estilo de vida, así como el coaching una manera de vivir. Y tiene muchas
similitudes, como el ir liviano por nuestro camino al tomar las riendas. Voy con poco peso para
aliviar la carga en los ascensos.

Por momentos tomo un camino que no conduce a ningún lado, conecto con mi intuición, vuelvo al
sendero y avanzo. Como la vida misma, integrando los aprendizajes y volviendo a empezar.
Caminando con sentido, deteniéndome a contemplar, sin prisa y sin pausa, admirando la belleza
en todos lados, saliendo del piloto automático y conectándome desde mi autenticidad.

Un reto pendiente

Hace dos semanas subí el cerro Provincia, 2750 m de altura, 10hs de caminata y una extensión
demasiado desafiante con un desnivel de 1800 metros. Alguna vez intenté esa misma ruta, pero
en época de nieve.

Recuerdo que la nieve llegaba a mis rodillas y en una zona de rocas a 700 metros, dije: “hasta acá”.
Escuché a mi cuerpo. Esta vez, me preparé y lo tomé como un desafío personal.

El proceso de subir no fue nada más ni nada menos que un viaje heroico, de transformación, de liderazgo personal y autoconocimiento, así como lo es el coaching ontológico.

No hay caminos cortos ni atajos hacia los lugares a los que vale la pena ir, recordando siempre que
todas las cimas están a mi alcance.

Esta vez fue distinto. Conecté con la plenitud que me da el trekking, con ese estado interno que
gracias al coaching no sólo lo siento en las montañas, sino que hoy es una forma de vivir y me
acompaña en todos mis dominios.

A ti que estás leyendo esto, ¿cómo te nutres?, ¿Cuidas tus espacios de autocuidado?, ¿Hay algún
desafío que te motive y aún no das ese siguiente paso?, ¿Qué estás necesitando para diseñar la
vida que deseas?

Te invito a que conectes con tu bienestar deseado, que te propongas una acción concreta para
acercarte a él y veas que sientes al iniciar esta transformación.

Ana Fritz
Coach Ontológica Integral



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