
¿A qué asistimos como humanidad con los sucesos entre Rusia y Ucrania?
Ser testigo de este nuevo quiebre de paz o acuerdo de convivencia, me parece insólito; luego del privilegio de haber sobrevivido a una pandemia mundial.
No puedo evitar recordar que en 1982, cuando sólo tenía 11 años, fui de vacaciones con mi familia al Líbano, el país natal de mis padres. A los 20 días de estar allí, estalló la guerra entre israelitas y libaneses en territorio libanés.
El conflicto y su amenaza interrumpió la inocente seguridad en la que había vivido siempre. Estuvimos varios días en el sótano del edificio de nuestros tíos, sólo con pan, agua y juegos de cartas para distraernos. Escuchabamos las combas caer en la esquina del Edificio.
Fueron casi 2 meses de encierro. Luego pudimos salir del territorio en guerra en un barco hacia Chipre, ya que el aeropuerto de Beirut se encontraba cerrado.
A mis 11 años esta fue una experiencia que marcó mi salud mental. Luego en Venezuela, recuerdo que yo saltaba de miedo cada ve qe algo se caía al suelo. Una reacción inconsciente de temer que era una bomba.
¿De qué se trata realmente este asunto? ¿Cuáles son los intereses que se están priorizando?
Me quedo consternada al comprobar los niveles de consciencia con los que seguimos operando. Las etapas y mecanismos primitivos de los seres humanos. Reacciones de ataque, defensa o huida, todos son mecanismos de animales, que tenemos disponibles para reaccionar ante amenazas extremas en nosotros. La amígdala reacciona y no puede pasar por la neocorteza el impulso, para lograr otra conducta que no sea alguno de estos 3 comportamientos de emergencia.
Con los años mi miedo se fue diluyendo, pero al imaginar a esos niños y seres humanos que ahora están viviendo esta situación me pregunto:
¿Cuánto han aprendido sus cuerpos y sus emociones a defenderse, atacar o huir a lo largo de estos años?
Y si sólo fueran Rusia y Ucrania, pero sabemos que no, sabemos que este tipo de conflictos los estamos teniendo a nivel mundial manifestados de diversas formas, con los mismos fondos o intereses.
Al informarme en estos días con mayor profundidad de qué se trata esta invasión, me doy cuenta de que los intereses que se están priorizando tienen que ver con temas económicos y de poder, pero en ningún momento se prioriza por los seres humanos, sus vidas, sus derechos de protección y mucho menos su bienestar.
¿Estamos creyendo que esto no tiene impacto en nuestros niños? ¿O el nivel de consciencia no nos da para tomar en cuenta la salud mental de nuestros niños y también de los adultos como variable?.
Yo digo ¡¡¡BASTA!!!… basta de seguir creando amenazas que nos destruyen como humanidad, basta de priorizar lo económico, político o de obtención de poder por sobre nosotros como humanos.
Necesitamos IMPERIOSAMENTE evolucionar en nuestros niveles de consciencia, eso quiere decir, que necesitamos hacer una pausa ante aquellos hechos que nos despiertan amenazas para poder crear ideas y decisiones creativas, consensuadas, empáticas con nuestra dignidad y condición humana compartida, y no seguir repitiendo las mismas conductas destructivas que, no terminan de resolver nada y dejan huellas irreparables en nuestra salud mental y emocional.
Tener la razón hasta por la fuerza, ya no nos sirve como humanidad. La paz tiene que ver con legitimar al otro, aunque no esté de acuerdo y desde allí resolver a través de conversaciones y diálogos productivos, no nos podemos cansar de conversar hasta llegar a consensos. No nos podemos permitir cansarnos de conversar hasta lograr un acuerdo, ese permiso tiene un costo muy alto y sangriento en nosotros como humanidad. La paz es el único foco de atención que necesitamos vislumbrar en estos momentos, porque para allá debe ir toda nuestra energía, nuestras decisiones y por tanto nuestros comportamientos.
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