Explora el método de aprendizaje integral de Asersentido

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Comencemos con lo básico. En Asersentido, nuestro enfoque principal es el “modelo de desarrollo humano integral”. Este modelo no solo es el corazón de nuestra propuesta, sino también el punto de referencia desde el cual concebimos el desarrollo humano. Y ese punto de vista es integral, es decir, busca mejorar la calidad de vida de las personas en todas sus dimensiones: social, familiar, profesional, personal.

El modelo de desarrollo humano integral de Asersentido es el soporte esencial de nuestra experiencia de aprendizaje. Es la plataforma que nos facilita el autoconocimiento, la transformación, la integración y el liderazgo.

En esencia, el modelo promueve una forma de vida consciente e integral, y para implementarlo con éxito, contamos con una herramienta clave: el método del aprendizaje integral.

El método es, como su nombre sugiere, un conjunto sistemático y organizado de pasos, técnicas, procedimientos o enfoques que se utilizan para alcanzar un objetivo específico. Y este método de aprendizaje integral —el mismo que aplicamos en el desarrollo de carrera de nuestra escuela, el mismo que utilizamos para diseñar intervenciones organizacionales desde nuestra consultora —, es el que trataré de resumir en este artículo.

Retomando el hilo: nuestro método es lo que realmente posibilita un tipo de aprendizaje distinto, una nueva forma de aprender. Es el camino que seguimos para lograr cambios efectivos y transformaciones que van más allá de las formas de aprendizaje aprendidas, promoviendo un despertar evolutivo.

Este proceso se refleja en resultados concretos y significativos, así como en una mayor sensación de plenitud en la vida y mayor impacto desde nuestro liderazgo.

Pero antes de profundizar en el aprendizaje integral, es crucial que aclaremos a qué nos referimos con “aprendizaje”. Sigamos explorando este punto.

El aprendizaje

¿Qué abarca el aprendizaje? En pocas palabras, la adquisición o expansión de capacidades y competencias, tanto para ampliar posibilidades como para crear limitaciones. Los aprendizajes que pueden servirnos o limitarnos.

Entonces, el aprendizaje no se centra únicamente en lo positivo. Podemos aprender flexibilidad para trabajar en equipo, pero también podemos aprender a ser desconfiados o arrogantes. Del mismo modo, se puede aprender la envidia, factores que impactan negativamente tanto en el liderazgo de nuestras vidas, como en el de nuestras organizaciones.

El aprendizaje abarca ambas experiencias, la adquisición de habilidades que pueden abrir oportunidades, o que pueden limitarlas.

A su vez, el aprendizaje implica incorporar novedades a nuestra forma de ser y actuar, volviéndolas parte de nuestra esencia. Por ejemplo, aprender a ser confiable y a confiar, lo que facilita la delegación. O aprender a ser cercano, fomentando vínculos genuinos con equipos y personas.

Y me gustaría resaltar aquí dos cosas: primero, que cuando hablamos de aprendizaje, nos referimos al aprendizaje de todas las inteligencias, no solo la cognitiva. Podemos aprender también desde nuestra inteligencia emocional, nuestra inteligencia corporal e incluso desde nuestra inteligencia energética.

Segundo, que además de aprendizajes que nos benefician o perjudican, también existe el fenómeno del no aprendizaje, que se da cuando creemos que aprendemos, pero estamos en un mismo nivel de consciencia, sin capacidad de transformación. Podemos llamarlo aprendizaje de nivel cero, o ausencia de aprendizaje, y sucede cuando no se incorpora ninguna habilidad ni competencia.

Este tipo de experiencia de aprendizaje nulo, es necesariamente una experiencia de “externalización”.

Cuando no estamos en una experiencia de aprendizaje, estamos en una experiencia de externalización.

La externalización sucede cuando delegamos la responsabilidad del aprendizaje únicamente a factores externos como la cultura, la sociedad o las personas que nos rodean, un comportamiento que a su vez va acompañado de comportamientos donde aparecen las quejas, la victimización y el desempoderamiento.

Y para salir de estas situaciones que nos tiene aprisionados, necesitamos activar algún nivel de aprendizaje que genere conexiones neuronales nuevas en nuestras dimensiones emocionales, corporales, cognitivas y energéticas. Eso es precisamente lo que facilita nuestro método de aprendizaje integral.

El aprendizaje integral

El método de aprendizaje integral de Asersentido promueve el aprendizaje en tres niveles.

A diferencia del coaching ontológico tradicional —que contempla un aprendizaje de primer y segundo orden—, nuestro enfoque abarca además un aprendizaje de tercer orden.

Resumiendo al máximo, puedo adelantar que el aprendizaje de primer orden se basa en los cambios de comportamiento o conductas que posibilitan acciones diferentes, y el aprendizaje de segundo orden se basa en la transformación de nuestras formas de ser, desde una coherencia ontológica, contemplando nuestro lenguaje, nuestro cuerpo y nuestras emociones.

La propuesta integral que hacemos desde Asersentido, se centra en sumar a esa coherencia ontológica, un aprendizaje de tercer orden, que contempla la incorporación de la inteligencia energética para descubrir un despertar espiritual.

Repasemos:

  • El primer orden trabaja sobre el cambio, los comportamientos, los hábitos, las conductas.

  • El segundo orden trabaja sobre la transformación de las formas de ser, desde el lenguaje, la emoción y el cuerpo.

  • Y el tercer orden nos invita a aprender, a re-cordar, reconectar con nuestra esencia, nuestra verdadera identidad, reconociendo la integración de nuestra inteligencia energética.

Estos niveles se retroalimentan entre ellos y tienen el mismo nivel de importancia. Cada nuevo aprendizaje incluye al anterior. No es primero uno y luego el otro, no es uno u otro. Los tres niveles no son consecutivos, sino que ocurren de forma simultánea.

Veamos cómo se produce el aprendizaje integral en el siguiente gráfico:

Enlace a escuela

Enlace a consultora.

Cuando no estoy en la experiencia de aprender. Estoy en la experiencia de externalizar

El aprendizaje sucede cuando hay sinapsis neuronales.

 
 
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En el aprendizaje de primer orden, las conductas y los comportamientos son lo más visible, semejantes a la punta de un iceberg. Lo que se manifiesta de manera evidente es nuestra forma de actuar. En una empresa, por ejemplo, podemos observar patrones de vestimenta o tipos de celebraciones que nos dicen algo sobre esa empresa: que es más o menos informal, que es más o menos tradicional.

Sin embargo, lo que no podemos ver son las creencias y paradigmas que sustentan esas acciones —aprendizaje de segundo orden—, ni la energía que se percibe en la organización —aprendizaje de tercer orden—, que puede ser densa o ligera, fluida o estancada.

Para lograr un desarrollo humano integral, debemos explorar tanto lo visible como lo subyacente, y eso requiere prestar atención a todos los niveles de aprendizaje. Exploremos un poco más cada uno de ellos.

El cambio (aprendizaje de primer orden)

El primer nivel de aprendizaje implica el cambio efectivo de conductas y comportamientos para lograr resultados efectivos, como adoptar hábitos de ejercicio y alimentación más saludables.

Este tipo de aprendizaje se incorpora simplemente a través del ensayo y error, implementando cambios en nuestras vidas y adaptándonos a ellos.

Sin embargo, la mayoría de las veces, se necesita un aprendizaje transformacional para lograr cambios duraderos. De ahí que este aprendizaje está íntimamente relacionado con el segundo nivel de aprendizaje.

La transformación, a diferencia del cambio, implica trascender las formas de ser arraigadas.

Por eso, es que el desafío del cambio como primer nivel de aprendizaje, es llevar a cabo nuevas acciones, dentro del marco de lo que ya hemos aprendido a ser. Por ejemplo, las personas pueden intentar tareas como meditar o tomar baños relajantes para calmar el estrés, pero si estas acciones no están arraigadas en su ser, es probable que no las realicen consistentemente.

Cuando el cambio que deseamos no se materializa, y nuestras acciones no logran modificarse, llegamos al punto en que reconocemos la necesidad de un aprendizaje de segundo orden. En otras palabras, nos damos cuenta de que requerimos una verdadera transformación.

La transformación (aprendizaje de segundo orden)

La transformación implica una comprensión profunda de lo que hemos aprendido a ser.

Esta comprensión se traduce en trascender formas de ser previamente aprendidas e incorporar nuevas, trabajando sobre nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestros movimientos.

El aprendizaje transformacional se logra entonces al integrar tres inteligencias del ser humano: la cognitiva, la emocional y la corporal.

Veamos algunos pequeños ejemplos:

  • En el plano cognitivo, se busca desafiar paradigmas y creencias individuales y colectivas.

  • En lo emocional, implica aprender la calma, la liviandad, la serenidad.

  • En lo corporal, se aprende a expandirse, a soltarse, a no contraerse.

Estos tres dominios se entrelazan y se complementan en el proceso de transformación. Y cuando logramos una coherencia indivisible entre ellos, podemos transformar tanto nuestro liderazgo como nuestra vida en general, y lograr los cambios o resultados esperados.

Si logramos aprendizajes en nuestra forma de ser, tendremos la capacidad de expandir nuestra identidad, lo que nos permitirá lograr cambios perdurables y conseguir los objetivos que esperamos. Por eso, el aprendizaje de segundo orden engloba el primero.

El ser genera hacer y el hacer genera ser.

Indudablemente, la transformación es un gran aprendizaje que impacta profundamente en el ser humano. Pero desde Asersentido entendemos que, además de seres humanos, también somos seres energéticos. Lo que nos lleva a un tercer nivel de aprendizaje.

El re-cordar (aprendizaje de tercer orden)

Esto lo adelanté tanto en mi primer libro, A tu manera, como en el segundo, sobre La energía del liderazgo. Son muchas las formas de nombrar el aprendizaje relacionado con el re-cordar. Ese re-cordar es tan complejo de explicar o nombrar, que se lo conoce con muchos nombres, como por ejemplo la fuente primordial, la divinidad, el alma o el espíritu, la energía o el campo cuántico, la esencia divina, Dios, amor, unión, y la lista sigue.

En síntesis, re-cordar implica volver a conectar con nuestra verdadera esencia. Es como volver a latir en sintonía con el corazón universal.

Es decir, re-cordar implica reconocer con todo nuestro ser que somos gota y océano a la vez, somos esta individualidad y también somos un entramado energético colectivo, somos un pedacito del universo en este universo, contenido en este cuerpo físico. Somos indivisibles del todo.

Las palabras y las metáforas quedan cortas en este nivel de aprendizaje, y de ahí que por más teoría que traigamos a este espacio, resulta complejo expresar la verdadera experiencia que implica el re-cordar.

Lo cierto es que este nivel de aprendizaje —que propone integrar nuestra inteligencia energética— es el que nos facilita la energía necesaria para lograr la transformación y el cambio deseado.

A través del re-conectar con nuestro entramado energético, accedemos a una sabiduría relevante que puede ampliar nuestras posibilidades.

Aprender a percibirnos como seres energéticos, integrar nuestras sombras, integrar nuestros miedos, equilibrar nuestro cuerpo luminoso y físico, y vivir en el presente eterno son algunos primeros pasos hacia este aprendizaje de tercer orden.

De esta forma, integrando nuestra inteligencia energética a la coherencia de cuerpo, emoción y lenguaje, podemos aprender a vivir como los seres espirituales que somos.

El liderazgo a través del método de aprendizaje integral

Abordar los tres niveles de aprendizaje resulta en la creación de relaciones más saludables, lo que a su vez nos capacita para trabajar con mayor serenidad y conectarnos en un nivel de conciencia superior, asumiendo mayor responsabilidad y madurez.

Además, nos brinda la oportunidad de volver a experimentar la sensación de integridad y plenitud, recuperar lo esencial, y estar completamente preparados para liderar cualquier desafío, ya sea en nuestra vida personal o en el contexto organizacional.

Trabajar simultáneamente en los tres niveles de aprendizaje posibilita, en síntesis, un liderazgo integral, completo, óptimo y efectivo.

A lo largo de nuestra trayectoria como aliados estratégicos de las organizaciones, y a través de la línea de carrera que proponemos desde nuestra escuela de desarrollo humano integral, en Asersentido hemos cultivado la capacidad de impulsar un liderazgo contemporáneo a través de nuestro método de aprendizaje integral.

Este método engloba todo lo que es valioso para un líder o lideresa, para una organización y para la sociedad en general.

Desde nuestra consultora y escuela, hemos logrado diseñar y llevar a la práctica un método que realmente funciona, y que se refleja en resultados.

 

 

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Minerva Gebran

Directora Ejecutiva de Asersentido. Máster Coach Ontológico y consultora organizacional.

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