El liderazgo desde el aprendizaje integral

 

Culturalmente hemos sido entrenados para ver al mundo y sus desafíos como posibles de abordar si tan solo aplicamos análisis y reflexión, es decir, si usamos nuestra cabeza. Sin embargo, la realidad nos demuestra día a día que con inteligencia racional no es suficiente. Es preciso aplicar el resto de nuestras inteligencias (la corporal, la emocional y la energética). Sobre todo, si buscamos habitar organizaciones donde prime el bienestar y logren un impacto positivo en su entorno. Para eso, es clave desarrollar un liderazgo contemporáneo e integral que evite la frustración, gestione la complejidad y permita mejorar la efectividad. En este artículo profundizaremos sobre qué es liderazgo desde la integralidad.

Liderar es más que tomar decisiones

Desde una perspectiva más tradicional, el liderazgo se reduce a dos acciones: tomar decisiones y lograr que los equipos las ejecuten. Pero si has ejercido o trabajado con alguien en un rol de liderazgo, sabes que no es tan sencillo ni lineal. Es probable que te hayas encontrado con quiebres y desafíos que demuestran la necesidad de comenzar a hacerse cargo de liderar de una forma distinta. 

Liderar bajo los antiguos parámetros se vuelve una labor agotadora y sin sentido.

El principal riesgo de mantenerse en una perspectiva tradicional de liderazgo es la constante frustración de quien lidera y de los equipos de trabajo por no poder lograr los resultados deseados. A esto se le suma la energía malgastada en lograr que las tareas a realizar se cumplan y la complejidad de los entornos actuales, sin importar la industria o rama de la producción donde te encuentres.

Asersentido - El liderazgo desde el aprendizaje integral

Hacia un liderazgo contemporáneo e integral

Uno de los principales beneficios de liderar de una forma más moderna e integrativa que use todas nuestras inteligencias es evitar los escenarios de fatiga, falta de motivación y baja efectividad de los equipos de trabajo. Veamos cómo cada una de las inteligencias puede ayudarnos a liderar mejor.

La inteligencia emocional

El mundo emocional es contagioso, ya sea si hablamos de valentía, cobardía, pesimismo, confianza o desconfianza. Depende de las personas para activarse y del entorno para vivir.

La inteligencia emocional se aprende por inmersión. Sentimos y lideramos desde allí para que otras personas puedan aprender. ¿Y si en vez de dar la instrucción a un equipo de ser más valiente, arriesgando en lo comercial, comenzamos nosotros por tomar esa perspectiva y avanzar en decisiones con riesgo calculado? Así habrá un impacto más efectivo.

Entonces, el camino deja de ser “dar órdenes” para avanzar en un proceso en conjunto, donde una persona lidera con el entorno y no sobre el entorno, ya sean colaboradores o pares, habitando el mundo emocional que está siendo.

La inteligencia corporal

Si sumamos la inteligencia corporal podemos potenciar a los equipos de trabajo. Por ejemplo, es posible saber si están listos para un desafío reparando en la corporalidad que sostienen cuando les presentamos la propuesta. No solo se trata de reparar en las palabras, sino en el cuerpo, los movimientos, las acciones. Es importante recordar que la inteligencia corporal se nutre de dos acciones: repetición y modelaje. 

Entonces, quien lidera puede acompañar el desafío, ejecutando a la par y haciendo consciente en los equipos qué es necesario repetir y practicar hasta incorporar la competencia buscada y haciéndolo en su propio cuerpo para modelarlo. 

La inteligencia energética

¿Cuántos de ustedes han percibido que el equipo está coordinándose con mayor densidad o gravedad de lo que le sirve para el logro de algún proyecto? Una manera de liderarlos es hacerles esta observación, pero es posible que no sepan qué hacer al respecto. 

Otra forma es buscar transformar esa energía densa en una energía más liviana que les permita trabajar más agilidad, más livianos a nivel emocional y con un cuerpo más suelto, intencionando conversaciones que abran esta posibilidad. Si la persona que lidera intencionando conversaciones ágiles, el equipo tendrá una predisposición hacia la efectividad. 

Impulsar el liderazgo contemporáneo

Cada una de estas inteligencias integradas en el liderazgo contemporáneo requieren de un trabajo de liderazgo personal. Se definen por nuestra capacidad de autoconocernos, identificar qué necesitamos aprender para ampliar nuestro ser y así ejercer un liderazgo más potente, disminuyendo los riesgos que mencionamos al inicio.  

En Asersentido nos dedicamos a acompañar a las personas y organizaciones que comprenden que necesitan más que lo culturalmente venía reproduciendo en cuanto a liderazgo. 

Buscamos potenciar las transformaciones necesarias para que sus líderes y su organización puedan aprender de una forma más completa, asegurando y acercando el logro de sus objetivos de una manera más real, más efectiva. Lo hacemos a través del modelo de aprendizaje y desarrollo integral que creamos en función de expandir habilidades y competencias hacia todas las inteligencias, algo de lo que escribimos en este artículo

Un trabajo consciente en nuestro liderazgo produce un impacto apreciativo y expansivo a nivel global.

En nuestro camino hemos presenciado mejoras sustanciales en el clima organizacional, en la percepción de sus integrantes respecto a las competencias de sus líderes, y, sobre todo, cómo muchas empresas se han humanizado y revitalizado, recuperando su propósito. Incluso, su alma. 

Nuestro compromiso, como organización experta en desarrollo humano integral, es que cada vez haya más organizaciones expertas y conscientes que produzcan un impacto positivo en sus comunidades. 

Nuestra misión sigue su marcha.

 
Minerva Gebran

Directora Ejecutiva de Asersentido. Máster Coach Ontológico y consultora organizacional.

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