Los beneficios de un equipo construido desde la integralidad

 

Si algo caracteriza a estos tiempos es la necesidad de las organizaciones de contar con equipos de alto rendimiento. Muchas arrastran una mirada mecanicista, donde sus integrantes son meras piezas reemplazables si “funcionan mal”. Todas las organizaciones tienen una visión, misión y objetivos que alcanzar, y, por lo tanto, es importante mantener la orientación a resultados. Sin embargo, en muchas de ellas se observa que no pueden incorporar dinámicas productivas más humanas, donde el reconocimiento de la singularidad y la escucha atenta permita mejores interacciones en camino a obtener los resultados deseados. En este artículo exploraremos las ventajas de construir y sostener equipos desde una perspectiva integral que les permite ampliar su capacidad de respuesta y adaptación a los contextos desafiantes. 

Seres de coherencia en la complejidad

Los equipos son, como las personas, seres integrales que se constituyen en coherencia entre sus dimensiones cognitivas, emocionales, corporales y energéticas. Estos sistemas son formados por subsistemas también únicos: las personas, lo que vuelve a cada equipo un complejo encuentro de trayectorias, formas de ser y objetivos.

Es habitual que en los procesos de reclutamiento en las empresas se hable de “fit cultural” para referirse a la forma en que una persona encaja o se alinea a un equipo. Y parece que ese encaje depende solo de lo racional: los estudios y experiencia laboral que muestra esa persona en el CV. Sin embargo, las personas somos más de lo que aprendimos en lo cognitivo. También somos seres emocionales, tenemos un cuerpo que está en coherencia con las formas de ser que aprendimos y una energía que nos conecta (o no) con los demás y con un propósito.

Entonces, los equipos son más que la suma de curriculums. Son más que un grupo de personas que coinciden en un momento específico dentro de una organización. Para poder conformar un equipo de alto rendimiento, sus integrantes necesitan conocerse y construir relaciones de confianza que les permita coordinarse y legitimarse en sus diferencias. Esto depende de tener apertura y empatía (fenómenos emocionales y corporales), además de diseño y gestión

Asersentido - Los beneficios de un equipo construido desde la integralidad

Los riesgos de quedarse solo con lo racional

Existen tres riesgos habituales de mantenerse en una perspectiva tradicional en cuanto a los equipos.

  1. Limitar la capacidad individual y colectiva

  2. Alimentar la división entre quienes somos según el ámbito

  3. Restringir la colaboración

Veamos uno por uno.

Limitar la capacidad individual y colectiva

Quedarnos solo con lo que ofrece la inteligencia cognitiva respecto a la noción de equipo es no ver a la otra persona como un ser humano, sino como a una máquina, donde la cargamos de expectativas de funcionamiento. Entonces, las chances de escucharnos, colaborar y conseguir resultados se reducen, multiplicando las dinámicas reactivas: solo se oye para responder y cada persona defiende su posición. 

Los líderes necesitan saber reconocer y gestionar sus propias emociones y formas de ser, para poder acompañar a sus equipos.

Alimentar la división entre quienes somos según el ámbito

Un segundo riesgo atado a la tradicional visión de los equipos es abonar a la supuesta división de quienes somos: una persona dentro y otra persona fuera del trabajo. Las formas de ser son transversales y requiere de mucha energía buscar ser distintos de acuerdo al ámbito donde nos movemos. Si eres una persona hiperexigente es altamente probable que lo seas tanto en el trabajo como en los demás dominios de tu vida. 

Restringir la colaboración

El tercer gran riesgo, y el más evidente en equipos atascados, es la incapacidad de comunicarse y coordinar acciones. Necesitamos poder conversar con nuestros colaboradores, pares, clientes y demás interlocutores, pidiendo lo que necesitamos de manera concreta y específica, y ofreciendo aquello en lo que sentimos que somos buenos para comprometernos de manera responsable. La efectividad y eficiencia de una organización depende directamente de la forma en que se coordinan sus integrantes. 

Asersentido - Los beneficios de un equipo construido desde la integralidad

Obtener resultados y potenciarse

La perspectiva mecanicista, donde quienes integran los equipos son solo piezas reemplazables, es heredada de generaciones que vivieron en una cultura de culpa y miedo marcada por un “jugar para no perder”, o actuar evitando el fallo y, por lo tanto, el castigo. 

Entonces, si alguien no cumple con una tarea o falla en algún aspecto, la respuesta es ponerle una etiqueta de “malfuncionamiento” o “incapaz”, sin explorar por qué no cumplió. Pero, ¿esa persona recibió bien el pedido? ¿Tenía todo lo necesario para realizarlo? ¿Alguien habló con ella? Sin estas preguntas, el rumoreo crece y la estigmatización también, alimentando una cultura reactiva en las organizaciones, donde quienes las integran sienten que deben defenderse constantemente. 

Pero existe otra forma de obtener resultados más allá del miedo. Es posible alcanzar resultados desde la co-creación, desde el jugar para ganar, tendiendo puentes con otros y actuando en conexión con un propósito que vaya más allá de la remuneración. Un propósito común que esté conectado con cada integrante. De hecho, las nuevas generaciones son cada vez más proclives a elegir sus trabajos en función a la visión y la búsqueda de valores de la organización, en un ambiente que les permita desarrollarse.

Funcionar desde la integralidad supone dejar de sostener relaciones transaccionales y empezar a co-construir desde el propósito. 

Para ello es clave realmente ver a la otra persona, legitimarla y acompañarla a desarrollar su potencialidad única. Abrirse al hecho que todos somos únicos en nuestras formas de ser, nos permite complementar los diversos estilos de personalidad en un equipo, como por ejemplo, perfiles más estructurados con perfiles más creativos. Se trata de integrar en vez de excluir. 

Beneficios de trabajar en equipo desde la integralidad

Formar y liderar equipos de manera integral permite tender puentes construidos sobre relaciones de confianza, algo que ocurre cuando ponemos más que la inteligencia cognitiva en juego, viendo al otro en su integralidad y acompañándole en lo que necesite desarrollar. Esto significa tener a la mano emociones como la alegría para celebrar lo logrado o la rabia en equilibrio para sostener conversaciones difíciles, entre otras emociones.

Desde Asersentido impulsamos la transformación en las personas y organizaciones para que obtengan una perspectiva integral de sus equipos, acompañándolas a desarrollar el liderazgo personal a través de procesos de autoconocimiento y reconocimiento de aquello que necesitan aprender para liderar y formar equipos de alto rendimiento. Equipos sostenidos en relaciones de confianza, que a su vez, generan un clima laboral óptimo y con los mejores resultados. 

 
Sibile Schmidt

Senior Coach Ontológico Integral. Directora del programa de Especialización en Coaching Organizacional.

Siguiente
Siguiente

La diversidad e inclusión desde el aprendizaje integral