Una transformación cultural desde el aprendizaje integral
Hemos señalado en los últimos artículos que cuando las organizaciones olvidan a las personas que las componen, se genera un desgaste en su interior que fragmenta a los equipos, pierde de vista sus valores y objetivos, su sentido y sus propósitos. La energía del liderazgo se disipa y los equipos pierden su motivación, impactando en el rendimiento y el clima laboral.
Por eso sostenemos que, frente a semejante desafío, se hace necesaria una mirada distinta, un enfoque que ponga en el centro a las personas, re-humanizando las organizaciones para prepararlas a enfrentar los desafíos contemporáneos y futuros con creatividad e innovación.
Hablamos de impulsar una transformación cultural desde el aprendizaje integral, identificando al Ser Organizacional, qué son y qué necesitan aprender a ser y a hacer, potenciando el liderazgo para conformar equipos integrados, diversos e inclusivos que puedan afrontar los desafíos actuales en entornos VICA (Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo) y BANI (por las palabras inglesas Brittle -quebradizo-, Anxious -generador de ansiedad-, Non-linear -no lineal- e Incomprehensible -incomprensible-).
Adiós creencias limitantes
La cultura mecanicista, que ve a una organización como una estructura estática donde cada integrante es una pieza posible de ser reemplazada, es una creencia arraigada que ya no es efectiva para afrontar la desafiante realidad de tiempos inciertos y volátiles. Las organizaciones, como el conjunto de personas que la integran, pueden cambiar, crecer, cuestionarse y reinventarse.
Cuando los líderes organizacionales se ven atrapados por creencias limitantes que, a menudo los vuelven reacios a adoptar nuevas perspectivas y métodos, pueden obstaculizar la transformación cultural necesaria para que una organización sea más adaptable y resiliente, con el riesgo de caer en la obsolescencia del modelo de negocio.
Humanos ante todo
El aprendizaje integral pone a las personas en el centro, viendo a la organización como un ser vivo, similar a un humano, con cuerpo, espíritu, emoción, pensamiento y propósito existencial; lo que Minerva Gebrán, directora ejecutiva de Asersentido Internacional y experta en desarrollo humano y organizacional, denominó el Ser Organizacional.
Como señalamos aquí, para transformar la cultura de una organización es necesario primero trabajar el desarrollo integral de las personas que la componen, enfocándose en el liderazgo e incrementando la efectividad y el rendimiento de los equipos. Desde este salto, los líderes serán los promotores de un cambio sistémico y sostenible que prepare a la organización para enfrentar los retos que tienen y que vendrán.
Al mismo tiempo, es crucial cambiar la cultura de liderazgo dentro de una organización para permitir una adopción más amplia de prácticas y comportamientos que favorezcan un enfoque basado en la integralidad y la adaptabilidad.
Liderazgos contemporáneos
En este artículo sostenemos que el liderazgo no se limita a tomar decisiones y ejecutar tareas, necesita un enfoque más amplio y moderno. Un líder tradicional puede llevar a frustración y agotamiento debido a la complejidad de los entornos actuales. La tradición cultural ha enseñado a abordar desafíos con análisis y reflexión, pero la inteligencia racional no es suficiente. En cambio, un líder integral utiliza todas las inteligencias: racional, corporal, emocional y energética, promoviendo el bienestar organizacional y la efectividad en coyunturas inciertas.
Un líder integral ejerce su liderazgo desde su inteligencia emocional para influir positivamente en el equipo, promoviendo la valentía y la confianza a través de acciones y decisiones; transforma energías rígidas en flexibles para facilitar un trabajo más ágil y efectivo, promoviendo conversaciones que cambien la dinámica energética del equipo. Así, humaniza y revitaliza las organizaciones, ayudándoles a recuperar su propósito.
Este liderazgo promueve, entre otras cosas, equipos más adaptativos y resilientes, diversos e inclusivos.
Que prime la confianza
Cuando las organizaciones desarrollan un liderazgo personal a través del autoconocimiento y el reconocimiento de las necesidades de cada integrante, se logran conformar equipos desde la integralidad que mejoran la adaptación y respuesta ante desafíos, potenciando la capacidad individual y colectiva, y creando un ambiente de trabajo basado en la confianza y la colaboración efectiva.
Como señalamos aquí, adoptar una perspectiva integral en la construcción y gestión de equipos no solo mejora la adaptación y la capacidad de respuesta ante desafíos, sino que también crea un ambiente de trabajo más colaborativo, eficiente y humano.
Diversidad que resulta en efectividad
Un enfoque integral que incluya el liderazgo efectivo y el aprendizaje continuo, promueve la conformación de equipos diversos e inclusivos. Ya hemos señalado que las organizaciones que valoran la diversidad y la inclusión suelen ser más innovadoras, productivas y creativas, ya que fomentan la confianza, la comunicación efectiva y la colaboración eficiente entre sus miembros.
Es hora de un paradigma nuevo
Desde Asersentido acompañamos a las organizaciones a emprender un camino de transformación a la medida a nuestros clientes, a través del coaching ontológico organizacional y el diseño estratégico de planes de intervención y aprendizaje integral dirigido al equipo humano, desarrollando e instalando competencias y aprendizajes profundos que perduren en el tiempo.
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